ALCOA no se cierra: defender la industria, defender el trabajo digno, defender nuestra soberanía
Esta mañana la multinacional ALCOA ha comunicado a los trabajadores la decisión de cerrar sus plantas en A Coruña y Avilés, lo que supone un durísimo golpe a la clase trabajadora en Galicia y Asturias, en especial en las comarcas donde se encuentran situadas estas dos fábricas, ya que constituyen uno de los principales sustentos económicos.
Son 800 personas las que trabajan actualmente en ambas plantas, a las que hay que sumar los miles de empleos indirectos que suponen, y esta decisión implica el hundimiento económico de estas zonas.
El PCE y la UJCE trasladamos toda nuestra solidaridad a la plantilla y a sus familias, garantizando nuestro apoyo en la lucha por la defensa de sus puestos de trabajo. Esto no es más que un estocada más que sufrimos en el proceso de desindustrialización al que llevamos sometidas desde hace décadas, y al que únicamente podemos enfrentarnos mediante la unión de la clase obrera y la construcción de un nuevo país al servicio de las y los trabajadores.
La historia de Alcoa es un buen ejemplo de la actuación del Régimen en connivencia con el capital. La antigua empresa pública Inespal, fue robada al pueblo para «venderla» a la multinacional Alcoa, en condiciones muy ventajosas, entregando al capital los beneficios de nuestras infraestructuras y nuestro trabajo; ahora, tras años de ganancias sin realizar inversiones en la mejora de las instalaciones, pretenden dejar en la calle a cientos de trabajadores, alegando la incapacidad para asumir los costes fijos derivados de la subasta eléctrica o la competencia del mercado chino.
Ante esto, al igual que en el año 2014, donde decenas de miles de personas tomaron las calles de Avilés y A Coruña, nos queda la lucha y la nacionalización, tanto de la industria del aluminio y del acero, como de las centrales eléctricas que son indispensables para su funcionamiento.
ALCOA no se cierra: hay soluciones
Los trabajadores antes que los beneficio: ¡luchamos!