Llevamos unas semanas asistiendo a un constante aumento en los datos sobre el Covid-19 cada vez más alarmantes, situando a Madrid como el gran foco de la pandemia ya no de España sino de toda Europa. Esta situación era totalmente previsible, ya que el gobierno de la Comunidad de Madrid no ha hecho nada para generar las condiciones de mayor seguridad para esta época que nos ha tocado vivir, donde tenemos que convivir con la pandemia.
Isabel Díaz Ayuso ha ido tapando su inacción e incapacidad de dos formas. Primero echándole la culpa a cualquiera menos a ella, los últimos en ser señalados han sido primero la población migrante y después los barrios y pueblos obreros, demostrando dos de los pilares principales de su ideología, la xenofobia y el clasismo. La segunda forma ha sido convertir la política en publicidad, y al aparato de la Comunidad de Madrid en su aparato personal de propaganda, realizando grandes ruedas de prensa anunciadas a bombo y platillo días antes para dar la sensación de que toma decisiones cuando la realidad es aplastante, resultado de no contratar rastreadores suficientes ni reforzar la Atención Primaria, elementos imprescindibles para la detección precoz y control epidemiológico.
Díaz Ayuso se olvida de que en esos barrios y pueblos obreros que ahora quiere señalar y estigmatizar están las personas que nos sacaron de los peores momentos de la pandemia. Trabajadoras de la sanidad que desde el primer día dieron un paso adelante para salvarnos, trabajadoras de supermercados, reponedores, profesorado, trabajadoras del hogar, cuidadoras, personal de residencias, bomberos, trabajadores de la industria, personal de transportes, y un largo etcétera del que nos dejaremos a tantos y tantos que viven en nuestros barrios y que gracias a ellos y ellas hemos conseguido llegar hasta aquí. Quién no nos sacó de esta fue la negligente actuación del gobierno de Díaz Ayuso que ya se dedicó en pandemia a usar la propaganda para sus cuitas partidistas propias en uno de los peores momentos que viviremos.
Pero no se trata solo de criticar su actuación. La Comunidad de Madrid tiene una brecha social y territorial por el modelo de región que ha desarrollado el Partido Popular en todos sus años de gobierno, abandonando a la periferia, generando una de las regiones más desiguales de toda Europa. Es necesario revertirlo, no hay que señalar a los barrios y municipios obreros sino invertir en ellos. En lugar de confinar a esas trabajadoras debería dotarla de un medio de transporte donde no tenga que aglomerarse para poder ir a trabajar. Debería dar soluciones a los hijos e hijas de la clase trabajadora que van a la escuela pública para que puedan estudiar en condiciones de seguridad, dotar de mayor personal y medios a sus hospitales y centros de salud.
Esto no trata de castigar, sino de invertir. La Comunidad de Madrid ha señalado a nuestros barrios y pueblos, a Usera, a Leganés, a Vallecas, a Móstoles, a Carabanchel. Quiere señalar a quienes abandonó, a quienes tenían a familiares en residencias donde no hicieron nada, a quienes cogíamos el cercanías como latas de sardinas en plena pandemia porque había que ir a poner de nuestra parte para salir adelante. Los abandonados son ahora los señalados, y hay que decir BASTA.
Somos de barrio, del barrio trabajador y orgulloso de serlo, y nos está culpando de sus errores.
Ya no hay tiempo para pedir que rectifiqué, ya solo es momento de pedir su dimisión. ¡Ayuso dimisión!