Las transnacionales ordenan, la UE acata, la Clase Obrera pierde
El TTIP, el TiSA y el CETA son tres expresiones de un mismo fenómeno: el desarrollo de acuerdos de libre comercio internacionales dirigidos a destruir derechos conquistados por la clase obrera y el pueblo, bajo el objetivo de recuperar las ganancias de la transnacionales a costa de los salarios, la salud y el medioambiente.
Los tratados de libre comercio pretenden profundizar en el modelo neoliberal asegurando el poder de las transnacionales por encima de la soberanía de los Estados, permitiendo privatizaciones, dificultando la nacionalización a través de los famosos ISDS (tribunales de arbitraje que favorecen a las transnacionales) y destruyendo las legislaciones que protegen derechos, bajo la excusa de que impiden la libre competencia.
En definitiva, los TLCs no son más que la enésima expresión del imperialismo, al imponer la libre circulación de capitales, asegurar espacios internacionales (en este caso los ISDS) de defensa de los intereses del capital financiero y profundizar en la apertura de nuevos mercados a través de las políticas de privatización. La clase obrera se convierte entonces en la gran perdedora si se firman dichos tratados.
¿Cómo afectan los TLCs al medio rural?
1 – Precarización de empleos: menos futuro para el Medio Rural
La precarización del sector agropecuario y forestal no garantiza un futuro para la juventud que seguirá emigrando a las ciudades.
2 – Introducción de disruptores endocrinos: nuestra salud en jaque.
La lógica de la máxima producción con el mínimo gasto introducirá sustancias para el engorde del ganado que pueden dar origen a enfermedades.
3 – Menos control sobre contaminantes: destrucción de nuestras tierras.
La desaparición de la regulación de fitosanitarios y transgénicos pone en serio riesgo nuestros campos y nuestro ecosistema.
¿Cómo afectan los TLCs a nuestra educación?
1– Uno de los objetivos de los tratados es liberalizar/desregularizar los servicios más básicos: convierte a la sanidad, educación y otros servicios públicos fundamentales en servicios susceptibles de ser privatizados. Además, al considerarla un “servicio comercializable” inserta a la educación en la lógica del lucro.
2– Otra de las cuestiones que se refleja en los tratados es que se fijan mecanismos comunes de solución de las diferencias entre los Estados y los inversores, esto significa que, sería imposible revertir privatizaciones ya realizadas por un Estado que quisiera ejercer su soberanía frente a las inversiones externas.
3– Introducción de la inversión privada internacional en la educación pública. Como señalábamos anteriormente, la educación se encuentra al servicio del sistema capitalista. El TTIP impondrá gestoras empresariales dentro de la educación pública, que mirarán únicamente por sus intereses productivos, la rentabilidad, la productividad, y la competitividad serán los tres ejes que marquen la educación.
¿Cómo afectan los TLCs a nuestra situación laboral?
1– Más privatización y precarización: un futuro (aun más) negro para la juventud trabajadora. Eliminar las actuales barreras supondrá una fuerte presión a la baja en las condiciones laborales de la clase trabajadora de los países europeos, ya de por sí muy precarias.
2– El desplome de los salarios: más pobreza laboral juvenil. La tendencia a la bajada de salarios se profundizará, siempre a favor de las grandes empresas y sus ganancias.
3– Romper los límites a favor de las empresas: el fin de la negociación colectiva. El TTIP se llevaría por delante la negociación colectiva como herramienta de mejora y defensa de las condiciones de la clase trabajadora.
¿Cómo afectan los TLCs a nuestros barrios?
1– El TTIP tiene por objeto reinsertar los servicios públicos dentro del mercado, de forma que se aumenten los espacios de obtención de beneficio directo de los monopolios. La liberalización de servicios públicos impedirá que accedamos a dichos servicios de forma gratuita y de calidad.
2– Existe la voluntad de acudir a la denominada “lista negativa” para regular los servicios públicos. Con esta, la liberalización de servicios públicos no exigirá una autorización, sino que sólo los servicios específicamente excluidos de la privatización se mantendrán fuera de la esfera personal.
3– Las posibilidades de “recuperar” los servicios privatizados desaparecerá dentro del marco del TTIP. Con los mecanismos de arbitraje ISDS las transnacionales podrán impugnar regulaciones estatales que afecten a su previsión de beneficios, revirtiendo nacionalizaciones.
El TTIP, el TiSA y el CETA se configuran como un ataque sin precedentes a las conquistas de la clase obrera y las capas populares. Los tratados de libre comercio suponen el fortalecimiento del imperialismo en la búsqueda de la recuperación de las ganancias del capital financiero transnacional. Sin embargo, no debe caerse en una contraposición simplista entre soberanía estatal y dictadura del capital financiero. Los Estados-nación se han configurado históricamente como instrumento político del capital, y la recuperación de la soberanía de los Estados no implica por sí misma el fortalecimiento de los derechos de la clase obrera. El desarrollo de los TLCs, como el de las organizaciones imperialistas como la UE, sólo suponen un paso más en la dictadura del capital, una vez que los Estados le resultan insuficientes.
Además, es necesario entender los tratados de libre comercio en el conjunto del desarrollo del capitalismo en el siglo XXI. Sin vincular estos tratados al desarrollo del imperialismo, no se puede elaborar una alternativa real a la desregulación a nivel internacional y el aumento del poder de las transnacionales. El fortalecimiento de los monopolios, su extensión por todo el mundo y por todos los sectores de la economía, el control antidemocrático por parte del gran capital… son tendencias insalvables del capitalismo, y sólo pueden desaparecer con la destrucción del sistema que las genera.
¿Qué es el imperialismo y cómo se fortalece con los TLCs?
1– En el imperialismo, los monopolios controlan la economía. La vida económica se pone al servicio de las ganancias de aquellas empresas que, debido a su tamaño, son capaces de fijar las reglas de la economía. Los TLCs elevan esto a la máxima expresión al normalizar a nivel internacional las exigencias de los monopolios.
2– El capital financiero, en el imperialismo, circula de un Estado a otro en busca de las mejores oportunidades de ganancia. Los grandes monopolios necesitan espacios comerciales más grandes, y los TLCs se los aseguran al facilitar su entrada en nuevos mercados.
3– Las transnacionales aseguran el control político de las medidas económicas a través de los tribunales de arbitraje ISDS. Estos tribunales, estrechamente vinculados a las transnacionales, impondrán la voluntad del capital a los estados, impidiendo cualquier atisbo de soberanía que ponga en duda su poder.